Las celulas madre en la IRT
Ensayos en Israel
Un Instituto Israelí ha logrado el desarrollo de riñones humanos totalmente funcionales trasplantando células madre fetales a ratones inmunodeficientes.
El Instituto en cuestión es el famoso Weizman. Allí han hecho unas experiencias curiosas y esperanzadoras.
La primera de ellas ha sido extraer células madre de fetos humanos de entre seis y ocho semanas de desarrollo. La edad es uno de los datos más importantes.
Los fetos habían abortado naturalmente.
De las células fetales los científicos eligieron aquellas que darían origen a los riñones. Fijaros bien, todavía no había riñones, pero eligieron las células madre que darían origen a los riñones.
Esas células las implantaron en ratones y en ellos CRECIERON nuevos riñones, y sus correspondientes vasos sanguíneos, que funcionaban correctamente.
Sin duda eran riñones humanos, eran pequeñitos -del tamaño apropiado para el ratón-, funcionaban correctamente y no sufrieron rechazo. Mejor dicho sufrieron menos rechazo que el habitual, pero de eso hablaremos luego.
Ahora quiero resaltar el hecho de que ha bastado trasplantar las células madres adecuadas para que el propio organismo del ratón generé un órgano totalmente funcional, del tamaño adecuado y con todos sus vasos sanguíneos.
Mucho se ha hablado de fabricar órganos para tener una fuente de trasplantes. La idea era fabricar órganos externamente y después trasplantarlo a la persona que lo necesitaba.
El trasplante de un riñón no es una cosas sencilla. Es muy complicada. Simplemente piensen lo que es unir los vasos sanguíneos uno a uno, de forma que aguanten la presión de la sangre, que no se desgarren y que no dejen entrar aire.
Esta técnica es mucho más sencilla.
Vayamos al tema del rechazo. El experimento lo hicieron con un poco de trampa: utilizaron ratones inmunodeficientes. Es decir, ratones cuyo sistema inmune no existía.
Para subsanar la trampa inyectaron en el ratón linfocitos humanos y éstos no atacaron al nuevo riñón en desarrollo.
Posteriormente hicieron lo mismo en ratones con su sistema inmune completo y aunque hubo rechazo, lo fue en mucha menor medida que si se trasplanta el órgano ya maduro o células madre más viejas. La clave parece estar en que a esa edad (entre seis y ocho semanas) los tejidos del feto humano todavía no tienen las células que el cuerpo reconoce como extrañas (células que presentan antígenos). Estas células se originan en el sistema sanguíneo y llegan a los riñones en desarrollo a las diez semanas de gestación. Por eso la edad del feto es crítica: entre seis y ocho semanas, antes de que la sangre llegue a los nuevos riñones. Si se extraen después hay un enorme rechazo. Si se extraen antes lo que se obtienen son células desorganizadas, no un riñón.
Los científicos eran conscientes de la escasez de fetos humanos abortados naturalmente de entre seis y ocho semanas de edad; así que repitieron la experiencia con un donante mucho más abundante: el cerdo.
En este caso escogieron células madre de cuatro semanas de edad. El resultado fue igual de satisfactorio.
La esperanza, para los seres humanos que necesitan un trasplante de riñón, es que ellos mismos podrán hacerlo crecer en su propio cuerpo, bien con células precursoras humanas, bien con células de cerdo. Se le implantarían las células madre y el riñón crecería; se espera que del tamaño adecuado.
Es mucho más fácil implantar una sencillas células madre y dejar que crezcan y se desarrollen como un riñón que trasplantar el órgano completo... y hay mucho menos rechazo.
Se lleva mucho tiempo tratando de hacer cerdos transgénicos para que sean donantes de órganos. Con la transgénesis lo que se intenta es que el rechazo sea pequeño. Con esta técnica el rechazo puede ser todavía menor. Es más, el donante puede ser un feto de cerdo transgénico 'humanizado' para disminuir el rechazo, con lo que se tendrían las ventajas de ambas técnicas. Sin embargo permanece uno de los problemas que han ralentizado el trasplante de órganos procedentes de cerdos y de otras especies (xenotransplantes): si el animal tienen retrovirus, éstos podrían transmitirse al ser humano. Hay un cierto peligro de que un virus de otra especie llegue a nosotros.
Sin duda el peligro existe y hay que tener precauciones.
Los científicos han sido: Yair Reisner, Benny Dekel y Justen Passwell.
Esta técnica podría funcionar para todo tipo de órganos, incluyendo el corazón.
Un Instituto Israelí ha logrado el desarrollo de riñones humanos totalmente funcionales trasplantando células madre fetales a ratones inmunodeficientes.
El Instituto en cuestión es el famoso Weizman. Allí han hecho unas experiencias curiosas y esperanzadoras.
La primera de ellas ha sido extraer células madre de fetos humanos de entre seis y ocho semanas de desarrollo. La edad es uno de los datos más importantes.
Los fetos habían abortado naturalmente.
De las células fetales los científicos eligieron aquellas que darían origen a los riñones. Fijaros bien, todavía no había riñones, pero eligieron las células madre que darían origen a los riñones.
Esas células las implantaron en ratones y en ellos CRECIERON nuevos riñones, y sus correspondientes vasos sanguíneos, que funcionaban correctamente.
Sin duda eran riñones humanos, eran pequeñitos -del tamaño apropiado para el ratón-, funcionaban correctamente y no sufrieron rechazo. Mejor dicho sufrieron menos rechazo que el habitual, pero de eso hablaremos luego.
Ahora quiero resaltar el hecho de que ha bastado trasplantar las células madres adecuadas para que el propio organismo del ratón generé un órgano totalmente funcional, del tamaño adecuado y con todos sus vasos sanguíneos.
Mucho se ha hablado de fabricar órganos para tener una fuente de trasplantes. La idea era fabricar órganos externamente y después trasplantarlo a la persona que lo necesitaba.
El trasplante de un riñón no es una cosas sencilla. Es muy complicada. Simplemente piensen lo que es unir los vasos sanguíneos uno a uno, de forma que aguanten la presión de la sangre, que no se desgarren y que no dejen entrar aire.
Esta técnica es mucho más sencilla.
Vayamos al tema del rechazo. El experimento lo hicieron con un poco de trampa: utilizaron ratones inmunodeficientes. Es decir, ratones cuyo sistema inmune no existía.
Para subsanar la trampa inyectaron en el ratón linfocitos humanos y éstos no atacaron al nuevo riñón en desarrollo.
Posteriormente hicieron lo mismo en ratones con su sistema inmune completo y aunque hubo rechazo, lo fue en mucha menor medida que si se trasplanta el órgano ya maduro o células madre más viejas. La clave parece estar en que a esa edad (entre seis y ocho semanas) los tejidos del feto humano todavía no tienen las células que el cuerpo reconoce como extrañas (células que presentan antígenos). Estas células se originan en el sistema sanguíneo y llegan a los riñones en desarrollo a las diez semanas de gestación. Por eso la edad del feto es crítica: entre seis y ocho semanas, antes de que la sangre llegue a los nuevos riñones. Si se extraen después hay un enorme rechazo. Si se extraen antes lo que se obtienen son células desorganizadas, no un riñón.
Los científicos eran conscientes de la escasez de fetos humanos abortados naturalmente de entre seis y ocho semanas de edad; así que repitieron la experiencia con un donante mucho más abundante: el cerdo.
En este caso escogieron células madre de cuatro semanas de edad. El resultado fue igual de satisfactorio.
La esperanza, para los seres humanos que necesitan un trasplante de riñón, es que ellos mismos podrán hacerlo crecer en su propio cuerpo, bien con células precursoras humanas, bien con células de cerdo. Se le implantarían las células madre y el riñón crecería; se espera que del tamaño adecuado.
Es mucho más fácil implantar una sencillas células madre y dejar que crezcan y se desarrollen como un riñón que trasplantar el órgano completo... y hay mucho menos rechazo.
Se lleva mucho tiempo tratando de hacer cerdos transgénicos para que sean donantes de órganos. Con la transgénesis lo que se intenta es que el rechazo sea pequeño. Con esta técnica el rechazo puede ser todavía menor. Es más, el donante puede ser un feto de cerdo transgénico 'humanizado' para disminuir el rechazo, con lo que se tendrían las ventajas de ambas técnicas. Sin embargo permanece uno de los problemas que han ralentizado el trasplante de órganos procedentes de cerdos y de otras especies (xenotransplantes): si el animal tienen retrovirus, éstos podrían transmitirse al ser humano. Hay un cierto peligro de que un virus de otra especie llegue a nosotros.
Sin duda el peligro existe y hay que tener precauciones.
Los científicos han sido: Yair Reisner, Benny Dekel y Justen Passwell.
Esta técnica podría funcionar para todo tipo de órganos, incluyendo el corazón.
10 comentarios
ARMANDO APARICIO LUNA -
Jorge Fernandez -
paola compres -
Rafael Frank -
Espero que estos señores, grandes oportunistas o abusadores de su poder en otros temas, comprendan que detras de todos estos enfermos existen familias que padecen junto al enfermo y que en muchos casos truncan el futuro de los hijos como consecuencia o impacto que esta enfermedad genera en el seno familiar.
Hago un llamado público a la conciencia de los clerigos y que aterricen, a que entiendan que Dios es uno solo y que ellos son hijos de este mundo, muy lejos de ser dioses. Recuerden que Jesus tuvo una gran preocupación por quienes padecian enfermedades incurables.
roberto duran -
victor romero -
manuel cauich perez -
felix spengler -
llampua -
http://www.weizmann.ac.il/
Maria Aurelia Salazar Hernandez -
he leido con mucho interes su articulo porque tengo un familiar , mujer de 24 años, con driciencia renal en los dos riñones y a quien se le realizo un trasplante de riñon el cual ha bajado su funcionamiento al 50%, un medico nos ofrece aplicarle celulas madre de cerdo, para que el riñon que le transplantaron se regenere, es posible esto, y que contraindicaciones puede tener?