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La entrada en diálisis

Los mareos en las sesiones de diálisis

Los mareos en las sesiones de diálisis

El estrés ortostático

Los pacientes que se someten regularmente a una diálisis pueden esperar que ya no haya mareos ni desmayos durante ese procedimiento gracias a un modelo matemático del flujo sanguíneo en el paciente, elaborado en la Universidad de Graz, Austria.Según comentaron los investigadores en declaraciones a la prensa, el "estrés ortostático", que se produce en el cuerpo humano, por ejemplo en un cambio abrupto de postura, pero también en una diálisis o una transfusión de sangre, es muy frecuente y se expresa con vértigo, mareo o incluso colapso.

El modelo matemático elaborado por los investigadores permite describir minuciosamente el estado del organismo durante la diálisis, señaló el científico Franz Kappel, del Instituto de Matemáticas de esta Universidad.

Junto con el experto en problemas respiratorios estadounidense Jerry Batzel, que actualmente realiza investigaciones en Graz, Kappel ha desarrollado un modelo global que incluye detalles de la circulación sanguínea, el corazón y la respiración.


Según explicó, hay una relación estrecha entre la presión sanguínea y el estrés ortostático, que lleva a una caída de la presión sanguínea y reduce el riego del cerebro.

Puede provocar vértigo, porque los mecanismos de control del cuerpo son demasiado lentos como para adaptarse a estas situaciones de estrés.

Pero los científicos están ahora en condiciones de calcular la velocidad con la que se puede llevar a cabo la diálisis sin que el paciente se desmaye ni sufra otros problemas de ese tipo.

Para ello calculan el volumen de sangre, la flexibilidad de los vasos sanguíneos y el rendimiento del músculo cardíaco y establecen finalmente una relación entre todos estos factores.

Según Batzel, con el modelo se pueden averiguar importantes datos sobre la respiración, por ejemplo cuánto dióxido de carbono contiene la sangre, y determinar así el PH del plasma.

Estos detalles son de interés en las enfermedades del metabolismo y sirven de base para poder compensar los retrasos en la reacción del organismo que llevan al mareo.

¿El tipo de diálisis afecta el riesgo de muerte en pacientes con IRT?

¿El tipo de diálisis afecta el riesgo de muerte en pacientes con IRT?

Investigadores de la Facultad de Medicina Johns Hopkins acaban de descubrir que los pacientes con enfermedad renal en etapa terminal que eligen la diálisis peritoneal en lugar de la hemodiálisis aumentan en 50 por ciento su riesgo de muerte. Estas conclusiones, publicadas el 10 de agosto del pasado año en la edición electrónica de Anales de Medicina Interna, son resultado de uno de los primeros estudios clínicos comparativos completos, a gran escala, para definir el debate sobre que tipo de diálisis es la mejor.

"A menudo, ya que no hay suficientes órganos para transplante, la diálisis de por vida es la única opción cuando fallan los riñones de un paciente," indica el principal autor del estudio, Dr. Bernard G. Jaar, M.P.H., profesor asistente del Centro Welch de la Facultad de Medicina de Johns Hopkins.

"Hasta ahora, las personas con enfermedad renal han elegido el tipo de diálisis que mejor se ajusta a su tipo de vida, algunas veces alternando los métodos, pero siempre nos hemos preguntado cuál de ellos contribuía mejor a prolongar la vida, agrega el Dr. Jaar.

El estudio, llamado "Choices for Healthy Outcomes in Caring for ESRD", abreviado CHOICE, hizo seguimiento de 1.041 pacientes recién diagnosticados, en 81 clínicas de diálisis a través de los EE.UU., y monitores de salud, principalmente revisando sus planillas y expedientes, durante los ocho años que recibieron diálisis.

Los resultados iniciales mostraron que, durante el primer año de tratamiento, a los pacientes en diálisis peritoneal les iba tan bien como a aquellos en hemodiálisis. Pero el equipo de Hopkins observó que los pacientes tratados desde el principio con diálisis peritoneal gozaban en general de mejor salud.

Al tomar en cuenta las diferencias, los investigadores descubrieron que, aunque los pacientes saludables estaban bien con cualquiera de los dos métodos, la hemodiálisis aportaba mayores beneficios a los pacientes con enfermedades coexistentes, como enfermedad cardiovascular.

Después de un año de diálisis, el riesgo de muerte de los pacientes que empezaron con diálisis peritoneal era más alto que el de los pacientes que empezaron su tratamiento con hemodiálisis.

"Nuestros resultados muestran claramente que es beneficioso elegir la hemodiálisis en lugar de la diálisis peritoneal, en particular para los pacientes que padecen enfermedad cardiovascular," según el autor y jefe de investigadores del estudio, Dr. Neil R. Powe, M.P.H., M.B.A., que es también docente y Director del Centro Welch para Prevención Epidemiológica de Investigación de Johns Hopkins. "Hay que monitorear estrechamente a los pacientes que escogen la diálisis peritoneal desde el principio para cambiarlos a tiempo a la hemodiálisis cuando la primera ya no está funcionando bien."

La financiación del estudio fue proporcionada por la Agencia de Investigación Calidad en Salud y por los Institutos Nacionales de Salud/NIH, incluidos el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, y el Instituto Nacional de Corazón, Pulmón y Sangre.

EL comienzo de la diálisis: Las repercusiones en la vida del paciente

EL comienzo de la diálisis: Las repercusiones en la vida del paciente Convertirse en un enfermo crónico es un golpe para la sensación de seguridad, para la autoimagen, y exige enfrentarse a la idea de la propia vulnerabilidad y falta de control sobre los acontecimientos.
El ajuste a una enfermedad que puede ser mortal o potencialmente incapacitante requiere un considerable esfuerzo de afrontamiento. La enfermedad renal terminal es un trastorno orgánico que, en mayor o menor medida, afecta a todas las áreas de la persona y obliga a quien la padece a someterse al tratamiento de diálisis o al trasplante para mantener la vida.
Existen dos momentos críticos que exponen al enfermo y a su familia a un mayor sufrimiento. Cuando se informa de la entrada en diálisis y la propia entrada. La entrada en diálisis suele ser percibida como algo negativo, como el final, como el fracaso del esfuerzo realizado.
En ocasiones, un paréntesis en espera del trasplante, aplazando o dejando pendientes decisiones
de la vida personal. Además, a partir de ahora, el enfermo deberá asumir un régimen de vida difícil y tendrá que hacer frente a problemas múltiples y cambiantes.
El tratamiento de hemodiálisis va acompañado de limitaciones y alteraciones en las pautas de alimentación, restricciones en la ingesta de líquidos y uso de medicación. Conlleva reducción de las actividades que antes se realizaban (ocio, viajes, etc.), frecuentemente,
suspensión de la vida laboral con la consiguiente reducción del circulo social, la pérdida del poder adquisitivo y un cambio en el tiempo libre que, con frecuencia, aparece vacío. Evaluar, e intervenir, en las posibles necesidades psicosociales de los pacientes renales ha de ser una consideración importante de su tratamiento2,3, de cara a mejorar la calidad de vida.
Otros problemas son tener que acudir tres días a la semana a la unidad y permanecer durante varias horas conectado a una máquina. Las repercusiones y la adaptación a un programa de diálisis, y especialmente en hemodiálisis, van a depender de diversos factores:
De lo esperada o inesperada que sea la diálisis, del estado general de salud, del curso y duración del proceso incapacitación, las desfiguraciones, el dolor, la gravedad), unido al conocimiento sobre la enfermedad y su que protege de la depresión en las etapas tempranas de la enfermedad, puede conllevar .índices de depresión mayores, al no confirmarse en el curso progresivo de la misma. Estar enfermo puede conllevar preocuparse por la enfermedad o, por el contrario, tratar de ignorarla. La negación se manifiesta bien como una incapacidad para percibir emociones, como un fracaso para percibir la amenaza, o bien como una imposibilidad para reconocer el impacto de la enfermedad en la vida. La negación ante las noticias adversas es una estrategia de afrontamiento más.
Los problemas aparecen cuando va acompañada de incumplimiento de las prescripciones médicas y es la única estrategia utilizada. Las respuestas emocionales más frecuentes del enfermo renal están relacionadas con la ansiedad y las alteraciones del estado de .ánimo. La ansiedad suele ser una respuesta emocional normal de las primeras etapas de adaptación a la hemodiálisis. La ansiedad no solo est. relacionada con el tratamiento, sino que aparece relacionada con la incertidumbre respecto al futuro. tratamiento. Como el modo de reaccionar del hombre ante la enfermedad es, en gran parte, una consecuencia de las interacciones sociales, con la aparición de este fenómeno adquieren singular importancia las variables de personalidad, junto con las habilidades de afrontamiento, el apoyo socia y los recursos sociales a los que el enfermo pueda acceder. No hay que olvidar factores como el género, la edad, la clase social, la madurez emocional, la autoestima y las creencias religiosas o filosóficas.
Aunque Rowe4 ha comprobado que ni las ayudas externas, ni internas, pueden detener los efectos negativos que producen los estresores fisiológicos, en el ajuste a la enfermedad y al tratamiento es fundamental el control personal y unas buenas relaciones interpersonales5.
Otro factor importante que contribuye al ajuste personal
de los pacientes crónicos es el locus de control. El trabajo de Christensen, ha clarificado el papel de esta variable en la enfermedad renal terminal. Los pacientes crónicos necesitan poseer un balance adecuado entre locus de control externo (el equipo médico puede mejorar mi salud), y locus de control interno (yo puedo hacer cosas para mejorar mi salud). Balance que deberá irse modificando en función del desarrollo de la enfermedad. Es desadaptativo mantener, al empeorar, un locus de control interno, aunque en etapas anteriores .este haya sido beneficioso.
Es necesaria, ademes, una cierta congruencia entre las creencias de control y las limitaciones que la situación impone. De no ser as., cualquier empeoramiento ir. unido a un ajuste deficiente. La creencia de que la salud puede ser controlable (ya sea por nosotros o por otros), que protege de la depresión en las etapas tempranas de la enfermedad, puede conllevar .índices de depresión mayores, al no confirmarse en el curso progresivo de la misma.
Estar enfermo puede conllevar preocuparse por la enfermedad o, por el contrario, tratar de ignorarla. La negación se manifiesta bien como una incapacidad para percibir emociones, como un fracaso para percibir la amenaza, o bien como una imposibilidad para reconocer el impacto de la enfermedad en la vida. La negación ante las noticias adversas es una estrategia de afrontamiento mas. Los problemas aparecen cuando va acompañada de incumplimiento de las prescripciones médicas y es la .única estrategia utilizada. Las respuestas emocionales mas frecuentes del enfermo renal están relacionadas con la ansiedad y las alteraciones del estado de .ánimo. La ansiedad suele ser una respuesta emocional normal de las primeras etapas de adaptación a la hemodiálisis. La ansiedad no solo esta relacionada con el tratamiento, sino que aparece relacionada con la incertidumbre respecto al futuro.
La depresión también ha sido identificada como uno de los problemas clave del enfermo renal terminal. Los datos que aparecen en la literatura coinciden en situarla alrededor de un 30%. Existe una tendencia constante a considerarla el predictor mas importante de la supervivencia6, por lo que se ha convertido en tarea imprescindible detectar su aparición y
tratarla cuanto antes. Normalmente, se ha relacionado la depresión con un descenso en el cuidado personal y, lo que supone un mayor riesgo para la salud, en la adherencia al tratamiento médico, dieta, alimentos y l.quidos7. Ademes, la ansiedad y la depresión del paciente renal correlacionan con su incapacidad, as. como con su percepción de salud y esta relación, en el trabajo de Parkerson y Gutman, fue mayor que con el diagnóstico real.
El impacto máximo de la depresión se observa durante el transcurso del primer año de diálisis, aunque es posible que su patrón no sea claramente reversible. Asi como es esperable que los evocadores situacionales de la ansiedad disminuyan con el tiempo, no ocurriría lo mismo con los de la depresión. Los cambios en el estilo de vida, en los roles sexuales y familiares y los sentimientos de pérdida, son problemas que tienden a acuciarse según avanza la enfermedad. Para investigar la relación entre dependencia forzada, percepción de falta de control y depresión, se ha recurrido con frecuencia al modelo de la indefensión aprendida de Seligman.
En el estudio de los problemas emocionales que surgen durante el tratamiento en hemodiálisis hay que hacer especial referencia a los problemas y síntomas somáticos que pueden ir unidos a la depresión, a la ansiedad y a la irritabilidad. Por todo esto, podemos concluir diciendo que, aunque la hemodiálisis salva de una muerte segura, ofrece una calidad de vida seriamente mermada con unas claras repercusiones psicosociales que no deben olvidarse en el tratamiento de estos pacientes.

La adaptación

Adaptarse a la nueva situación no es una tarea fácil y requiere del apoyo de varios expertos. Con esta idea la Fundación Renal Iñigo Alvarez de Toledo viene trabajando desde hace unos años con un equipo de profesionales, que visita todos los centros de hemodiálisis de la fundación, para mejorar la calidad de vida del paciente y de su entorno, y que está integrado por la psicóloga Maite Marín, la trabajadora social Ana María Estepa, y la dietista María Angeles Campos.
Cada una desde su labor profesional persigue para el enfermo un mayor bienestar personal y un mejor ajuste familiar y social. "En general, las personas mayores se adaptan mejor que los jóvenes. Para éstos la entrada en diálisis supone un recorte de las actividades que antes hacían y que sus iguales sí pueden hacer", señala Marín, que subraya que "no sólo la entrada en diálisis es un momento crítico sino también cuando se sufre el rechazo de un trasplante".

Voluntad del paciente

"Por muchos cuidadores de referencia que haya, no hay que olvidar que con la voluntad del paciente es con lo primero que se debe trabajar para propiciar el cambio", explica Estepa, que en sus reuniones con el paciente y la familia les orienta sobre las ayudas estatales por incapacidad y de los centros especiales de empleo, así como ayuda a potenciar la ocupación del tiempo libre, favoreciendo la actividad social y evitando el aislamiento.

Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo

SOMOS SOLO NOSOTROS , CON NUESTRA VOLUNTAD DE SEGUIR GOZANDO DE LA VIDA EN LA SITUACION QUE SEA, LOS QUE MÁS PODEMOS AYUDARNOS EN ESOS MOMENTOS.

NO OLVIDARLO JAMAS!... NUNCA COMPADECERNOS DE NOSOTROS MISMOS..

LUCHAR, LUCHAR Y RESISTIR ...... LA CIENCIA Y EL TIEMPO TRABAJAN A NUESTRO FAVOR!